El Síndrome de Asperger es un trastorno incomprendido. La mayoría de las personas, al mirarlos, no perciben su problema. En el mejor de los casos no les mal juzgarán e interpretarán que tienen algun tipo de problema que no alcanzan a comprender. Para entender la problemática de los niños y niñas asperger, es necesario mirarlos en relación a otros de su misma edad. Las persona ‘neurotípicas’ sienten lástima por los Asperger y deberían transformar esta lástima en comprensión con la finalidad de mejorar la interrelación social.
Los profesionales han definido el comportamiento normalizado desde diferentes perspectivas y el Síndrome de Asperger y aunque no todos se ajustan a un perfil único, comparten una serie de rasgos comunes que pueden o no manifestarse según su grado de afectación:
1. Dificultades en las habilidades sociales ya que sus intereses suelen ser diferentes al entorno que les rodea. Además, no tienen malicia, son sinceros e ingenuos.
2. Dificultades en la expresión y comprensión tanto de sus emociones como los de las personas que se hallan en su entorno.
3. Dificultades para comunicarse. Los Asperger, por norma general, no presentan trastorno del lenguaje – en muy pocos casos, pueden presentar tardanza en adquirir el habla – y se suelen diagnosticar a edades más avanzadas. Lo más común es que utilicen un léxico peculiar que, por norma general es más culto que el conjunto social que les rodea. Entre los rasgos característicos en su forma de comunicación está la problemática de mantener el contacto visual y la tendencia a centrar sus conversaciones en sus temas de interés sin valorar si éstos son interesantes para su interlocutor.
4. Dificultades de comprensión. Tienen dificultades en la comprensión del lenguaje corporal, las ironías, el sarcasmo… Necesitan más tiempo que las neurotipicos para responder a preguntas complejas ya que necesitan tomarse su tiempo para procesarlas y poder responder.
5. Centran su interés en temas específicos con los que pueden llegar a obsesionarse y a llegando a dominar estos temas con mejor clarividencia que un neurotípico ya que un asperger no sólo mira desde una perspectiva diferente sino que también analiza el más mínimo detalle. Por ejemplo: el juego infantil de los Asperger es diferente. Por ejemplo: un niño típico que juega con un tren lo moverá y reproducirá la onomatopeya del tren. Sin embargo, un Asperger estará interesado en los pequeños detalles y centrará su atención en cómo las ruedas del tren se están moviendo más que en producir movimiento;
6. Poseen pensamiento simbólico. Es decir, que poseen la capacidad de crear y utilizar representaciones simbólicas que desarrollaran para su aprendizaje sin necesidad de la experiencia directa con su entorno.
7. Carecen de empatía y aunque lo intentan, no saben hacerlo salvo que hayan sido entrenados específica para desarrollar esta capacidad. La carencia de empatía hace que no puedan lograr comunicarse efectivamente y comprender el entorno social que les rodea.
8. Dificultades con la motricidad fina y gruesa que pueden superar con entrenamiento y atención temprana pueden adquirir destreza para jugar a la pelota, atarse los cordones de los zapatos o realizar otras tares escolares tan sencillas como la utilización de un compás.
La mejor forma de paliar sus deficiencias es proporcionarles una atención temprana intensiva, por mi experiencia, recomiendo las terapias cognitivo – conductuales que, lamentablemente no están cubiertas por el sistema público de salud pero que son una inversión que revertirá positivamente en toda la sociedad. Estas terapias, aunque costosas, requieren un diagnóstico temprano y los profesionales deberían especializarse para reconocerlo y diagnosticarlo.
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