Profesionales y cuidadores de los Asperger tienen que poner especial atención en cómo enseñan las emociones a un Asperger. Para hacerlo bien, hace falta conocer y comprender las carencias socio-emocionales asociadas a este síndrome. 
Es de vital importancia enseñar y entrenar a un Asperger a identificar, expresar y gestionar sus emociones pues socialmente se tiende a interpretar como malintencionado su comportamiento. Un Asperger no sólo no las identifica las emociones sino que tampoco es capaces de verbalizarlas. Nuestro objetivo como educadores será conseguir que sean capaces de identificarlas, gestionarlas y expresarlas adecuadamente.

Enseñarles emociones a un Asperger tiene una doble vertiente pues es necesario que comprendan tanto las propias como las ajenas. Comprender las propias, según Daniel Goleman – es una asignatura obligatoria para todo ser humano que debería ser impartida desde pre-escolar en todos los centros educativos.  Enseñar a comprender las emociones ajenas implica un entrenamiento previo, los Asperger no establecen contacto visual con sus interlocutores, concentran su atención en la boca de las personas y debido a ésto, pierden gran parte de la información implícita en la comunicación no verbal.

Los Asperger, según la Dra. Jordan, necesitan hacer un mínimo de 20 minutos diarios de ejercicio para poder enfrentarse a las situaciones estresantes, para poder concentrarse y para relajarse. Los Asperger tienen que aprender que es aceptable estar enfadados en un momento dado pero que no por ello tienen que dar una patada o pegar a alguien. Tienen que aprender a contener su ira, no a negarla, sino a encauzarla de modo socialmente aceptable. Por ejemplo, el caso de un Asperger que quiera ser siempre el primero en la cola deberá aprender a aceptar ser el último y aprender a esperar. Los Asperger son capaces de aprender cuál es el lugar en el que deben estar.

La frustración implica disminución de la fluidez lingüística. Los Asperger tienen miedo y les resulta difícil encontrar las palabras cuando se hallan en una situación emocional extrema. Si les interrumpimos en un ritual, se frustran con facilidad. Debemos enseñar a los Asperger a tolerar la frustración. Es decir, la interrupción no durará para siempre, pueden continuar con su ritual más tarde.

Herramientas bibliograficas para trabajar las emociones con Aspergers:

Profesionales del Síndrome de Asperger como Tony Attwood ha escrito libros para trabajar con los Asperger las emociones. Por ejemplo, trabajar la ira y la ansiedad. Estos libros están pensados para ser utilizados en talleres participativos. Con las propuestas proporcionadas por Attwood en sus libros y bajo la supervisión de cuidadores y/o educadores, debemos guiarles para que comprendan sus carencias, facilitando la comprensión mediante pistas fácilmente identificalbes y comprensibles.

El objetivo final es que aprendan a identificar los signos no verbales que transmiten información sobre las emociones personales. Por ejemplo, mover las piernas o comenzar a sudar sin causa física que lo motive es un reflejo no verbal de estar asustado.

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