Ante tanta incertidumbre, qué crees que representará el coronavirus para nuestra economía: una oportunidad o una crisis.

De la actual situación surgen además de la anterior pregunta, surgen muchas más, como por ejemplo:
– cuántas vidas o puestos de trabajo se perderán,
– la cantidad de dinero que hará falta para contrarrestar este parón,
– como responderán los mercados…

Debido a la emergencia sanitaria del COVID -19 (coronavirus) estamos en período de desasosiego globalizado. El COVID-19 tiene capacidad para hacer mucho daño a nuestra salud, nuestra economía y nuestro sistema financiero. Sin lugar a duda, la situación que estamos viviendo cambiará nuestra forma de entender el mundo.

Las posturas más pesimistas tienen un enfoque rígido. Funcionan bien siguiendo un método determinado. Un imprevisto o cambio repentino repercute sobre los resultados esperados mermando la capacidad de reacción.

Las posturas más optimistas presentan enfoques creativos, flexibles y capaces de adaptarse al cambio. Responden con iniciativa e implementan nuevas ideas que les permiten reinventarse.

Muchas empresas han respondido a la situación de emergencia implementando nuevos modelos laborales como el tele trabajo que permiten trabajar desde los domicilios, la conciliación familiar y la flexibilidad horaria.

Durante el confinamiento será el momento para sondear los beneficios y viabilidad de estos nuevos modelos laborales. Se verá si son efectivos y si permiten mantener o incrementar la productividad. Posiblemente, las empresas pasen a implementar como habituales estos modelos laborales que repercutirán de forma positiva reduciendo los costes fijos de estructura de empresa.

Paralelamente, se ha disparado el número de personas que han perdido sus puestos de trabajo y que se preguntan cómo harán frente a la situación presente y futura. Se trata de puestos de trabajos que requieren una infraestructura de maquinaria de difícil instalación en domicilios particulares. Un ejemplo son los talleres de carpintería.

Yo me pregunto si los talleres de carpintería se podrían haber reinventado para buscar su oportunidad.
¿Hubiese sido posible dejar de fabricar mobiliario para diseñar y crear un respirador de madera con máquinas de CNC similar a los que se han diseñado mediante impresiones en 3D?

Y me pregunto también:
– por qué nos bloqueamos cuándo no podemos hacer los encargos que tenemos planificados;
–  por qué cuesta tanto ofrecer soluciones a situaciones imprevistas pero urgentes y prioritarias.

Algunas empresas ya se han adaptado a las circunstancias. Un ejemplo es grupo INDITEX que ha reorientado su producción textil para responder a las demandas de producción de material sanitario. 

La flexibilidad, la capacidad resolutiva y la capacidad de dar respuestas adecuadas  ante nuevas situaciones son la clave del éxito. Consiste en buscar la oportunidad más que en ceñirnos a lo que tenemos planificado. La respuesta radica en responder a las necesidades de la demanda real del mercado en cada momento.

La solución no está en las ayudas que se puedan recibir de las administraciones públicas. La solución está en nosotros mismos y en la capacidad de resiliencia y reinvención. Todos y todas nos debemos preguntar  cómo reinventarnos para aprovechar la oportunidad entre el desconcierto general.

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