¿Conocéis aquella famosa frase de «el tiempo es oro»?
Cada día estoy más convencida que la mayor parte de las personas que me rodean son más que ricas, millonarias en términos de tiempo. Esto es posible gracias a la hiper conexión tecnológica: notificaciones constantes, solicitud de respuestas inmediatas, disponibilidad perpetua. Parece que la falta de diligencia en dar respuesta digital sea sinónimo de que el mundo se desmorona y yo me pregunto, por qué es tan importante responder un mensaje de texto en menos de tres minutos.
En la era de la hiper-conexión, lo irrelevante se disfraza de imprescindible. Efectivamente, la escala de con lo que medimos nuestra conexión digital, varía de persona a persona. Posiblemente incomode algunos que yo considere.
– IRRELEVANTE es responder al instante por miedo a parecer una persona desinteresada, revisar compulsivamente si alguien ha leído mi mensaje o vivir pendiente de lo “urgente”. Hay que saber distinguir la urgencia real de la ansiedad digital. ¿Conocéis la fábula del pastor mentiroso?
– IRRELEVANTE es compartir cada paso que doy como si fuera una campaña de marketing personal, actualizar mi estado para demostrar que estoy “viviendo” o convertir mi vida en una colección de imágenes para la nube. El marketing es trabajo. Mi vida, para disfrutarla.
– IRRELEVANTE es permitir que un algoritmo decida qué merece mi atención, cómo debo vivir o condicione mi opinión sobre temas de actualidad y mi forma de entender el mundo. Me gusta ser dueña de mi vida y de mi mente, y por tanto, decidir por mí misma.
– IRRELEVANTE es creer que estar disponible es sinónimo de tener valor personal. Mi tiempo de respuesta está condicionado por prioridades reales, lo cual es esencial para la desconexión digital en un mundo hiperconectado.
Lejos de vibrar con notificaciones, para mi es realmente importante es lo que nos hace humanos y simultáneamente, nos diferencia de otros seres vivos y de las máquinas:
– IMPORTANTE es realizar mi trabajo con responsabilidad, tratar a los demás como me gusta que me traten a mí, disfrutar mientras lo hago y sentirme satisfecha al final del día.
– IMPORTANTE conversar cada día con mi hijo: saber qué le preocupa, qué le divierte, reírme con él y que él pueda reír conmigo. Importante también es dedicar tiempo a la familia y a los vínculos personales con amistades genuinas.
– IMPORTANTE es disponer cada día de tiempo para lo esencial: hacer deporte, mantener una dieta sana y equilibrada, y aprender algo nuevo. Porque cuidar el cuerpo y la mente es cuidar lo esencial.
– IMPORTANTE es mantener mi carisma. En otras palabras, ser yo misma.
Quizás mi hiper-desconexión te parezca ofensiva… Te comprendo: en un mundo donde estar disponible 24/7 durante 365 días al año, reservarse tiempo para ser persona puede considerarse un acto de rebeldía. Sin embargo, ¿te has parado a pensar cuántas horas al día consumes en pantallas?
Si el tiempo es oro…
* ¿Por qué permites que tu conexión digital te lo robe?
* ¿Te has parado a pensar que las notificaciones constantes que recibes son órdenes disfrazadas de urgencia?
* ¿Eres capaz de relativizar para quererte más o quizás crees que tu mundo se va a desmoronar sin que envíes un emoji?
* En serio, ¿quieres que tu bienestar personal dependa de programadores desconocidos y algoritmos cuyo único propósito es captar tu atención y agotar tu energía generándote ansiedad?
* ¿Quién quieres que gane la batalla de tu vida: tu yo libre, único y consciente… o el algoritmo que te exige, te vende y te espera con bata blanca en una consulta de profesionales de la salud?