Los murciélagos son un mal necesario que nos evocan más pensamientos negativos que positivos. Se considera que los murciélagos son el origen del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y responsables de la gran mortalidad de la pandemia mundial COVID – 19. Los murciélagos son especialmente peligrosos por su inmunidad virológica y porque vuelan. El hecho de que sean el único mamífero volador contribuye a que éstos esparzan enfermedades a través de los virus de sus heces. Sin embargo, los murciélagos dentro del contexto forestal aportan grandes ventajas a la cadena trófica.

En Cataluña se han contabilizado 30 especies diferentes de las cuales, 10 están presentes en nuestros bosques. Actualmente, son una especie protegida que se alimenta de insectos. Su hábitat se asocia a cuevas y edificios sin embargo, pueden encontrarse espécies de murciélagos en nuestros bosques.

¿Dónde habitan los murciélagos?

Los hallaremos colgados del techo, formando piñas o en las grietas de cuevas de piedra, en minas, en edificios o en bosques como el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa y en bosques de la Vall de Arán.

Según la especie tendrá un preferencia concreta con respecto a otras para elegir su hábitat. Algunos ocupan pequeñas cavidades en grietas y podredumbres de los troncos, otros prefieren ocupan nidos abandonados de pájaros carpinteros.

¿Por qué es importante conservar los murciélagos?

Los murciélagos se alimentan de animales invertebrados y regulan la población de insectos, evitando que estos se conviertan en plagas. Son depredadores de la procesionaria del pino. De hecho, en Cataluña, el Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTCF) y el Departamento de Agricultura Ganaderia y Pesca (DARP) han realizado pruebas piloto para el control de esta plaga en pinedas ubicadas en el Solsonés y el Berguedà.

Para mantener el equilibrio de la cadena trófica, nos interesa favorecer las poblaciones de espécies quirópteras forestales, es decir, murciélagos que habitan en nuestros bosques. Para esto es imprescindible que cuenten con tres recursos básicos: refugio, alimento y agua.

¿Qué podemos hacer para garantizar la conservación de estas especies?

Para garantizar la conservación de las distintas especies es necesario realizar las siguientes acciones desde la silvicultura:

– Establecer una red de cavidades combinada en grupos de árboles refugio.
– Evitar la excesiva atomización del bosque en fragmentos agrícolas y/o pastorales.
– Incentivar las prácticas silvícolas, pastorales y agrícolas extensivas.
– Evitar el uso de productos fito-sanitários que afectan a toda la cadena trófica.
– Integrar los rodales destinados a la producción de madera y leña. Principalmente, árboles gruesos y viejos que pueden hallarse en diferentes ciclos vitales o que presenten síntomas de podredumbre o muerte.
– Favorecer los claros y las taladas de madera joven y densa para favorecer el vuelo de los murciélagos.
– Favorecer los bosques de estructuras irregulares, regeneradas y que mantienen condiciones ecológicas estables.
– Conservar todos los árboles refugio que dispongan de buenas cavidades.
– Promocionar reservas de árboles que puedan formar cavidades en el futuro.

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