¿Estoy viendo el edificio de estructura de madera de La Borda elogiado en un museo de Bordeaux?
¡Sorpresa!
Sí, lo es y además como ejemplo de construcción sostenible que promueve los espacios compartidos de uso residencial en comunidad. Cuando lo vi, sentí que los nuevos modelos de construcción en madera son realmente una innovación importante para que en el CAPC Museu de Bordeaux, en su exposición sobre arquitectura le dedique un espacio primordial a un edificio construido en Catalunya.
En el museo, además de un vídeo explicativo, numerosas fotos y la maqueta del edificio, se explica las innovaciones de La Borda. Se menciona como ejemplo la distribución del espacio. La Borda destina un 25 % de la superficie construída a espacios de uso común en contrates con los inmuebles colectivos tradicionales en los cuales este espacio no suele superar el 10%. Además, contrasta el uso de este espacio compartido.
La Borda dispone de una cocina común de 80 metros cuadrados que sirve de punto de encuentro entre los distintos miembros de la comunidad al tiempo que permite cocinar. A esto, se le suman 100 metros cuadrados destinados a salas para compartir con amigos, una lavandería y un gran espacio central que permite circular a través del edificio. Otro contraste sería el hecho de que los edificios privativos disponen de parking para coches mientras destina las terrazas exteriores para parking de bicicletas promoviendo así una modalidad de transporte ecológica y sostenible.
Los espacios comunes tienen un triple objetivo:
1. Crean espacios que refuerzan la vida en comunidad y por tanto, fomentan la socialización.
2. Multiplican la eficacia de los elementos de infraestructura comunes consiguiendo una mejora económica, por ejemplo en el coste de la factura energética. Aquí se entrelaza el ahorro económico con la sostenibilidad.
3. Rompe con el paradigma habitual y recurrente de los edificios privativos compartiendo ciertas áreas publicas que fomentan la vida en comunidad y manteniendo simultáneamente el espacio privado y la intimidad individual.
El modelo de construcción de vivienda cooperativa se hizo posible mediante concesión de uso otorgada por l’Ajuntament de Barcelona para construir vivienda social sobre un terreno público. La organización en el modelo de cooperativismo permite que los socios de la cooperativa se reagrupen en apartamentos de cohabitación o covivienda.
La covivienda es una modalidad que permite el acceso estable a la vivienda sin ser propietarios. La cesión de uso concedida por el ayuntamiento de Barcelona es de 75 años y el precio de estas viviendas es muy inferior al precio de mercado.
De esta manera nace un modelo alternativo a la propiedad privada que disminuye la especulación inmobiliaria y urbanística. Este modelo cooperativo propone una innovadora solución estable a la demanda de vivienda y ha sido posteriorment imitado por construcciones similares como el edificio de Cirerers inaugurado también en Barcelona el pasado 31 de marzo y que a día de la fecha es el proyecto de estructura de madera más alto de España.
La Borda es un proyecto de 2018 que tuve la oportunidad de visitarlo como alumna del Curs de Fusta Constructiva organizado por el Gremi Fusta i Moble. Consta de seis plantas y 18 viviendas cuya superfície oscila entre los 45 a 75 metros cuadrados. Se trata de un edificio pensado con criterios de sostenibilidad – ya que su estructura es de madera – y de eficiencia energética puesto que prácticamente no requiere climatización. Al proyectarlo se diseño para que capte el máximo sol durante el invierno y se esté fresco durante los meses de verano mediante una cubierta que se abre o se cierra en el patio interior en función de la época del año.
Durante la visita en 2018, lo que más me llamó la atención fue una reflexión:
«Si la vida de las personas cambia, ¿las casas deberían deberían cambiar con ellas?»
La respuesta es un claro y rotundo sí. La Borda lo hace posible pues ofrece una flexibilidad inexistente en los edificios privativos de construcción tradicional. Es decir, los apartamentos se adaptan a las necesidades de sus habitantes de modo que si la familia crece, la vivienda puede crecer conjuntamente y a la inversa simplemente desplazando los tabiques de madera de las estancias privativas.
La Borda, diseñada por los arquitectos como Pol Massoni de la cooperativa Lacol ha ganado el premio más significativo de la arquitectura en la Unión Europea, Mies Van der Rohe 2022. Sin duda apuesto por más edificios de covivienda construidos con estructura de madera en Barcelona.
Actualmente, las iniciativas de covivienda están destinadas a viviendas sociales lo que quiere decir que para conseguirlas se requiere estar inscrito en el registro de solicitantes de viviendas protegidas, no disponer de una vivienda propia y no superar un determinado baremo de ingresos. Sin embargo, una reflexión antes de finalizar:
¿Si el modelo funciona, por qué los promotores no apuestan por construir este tipo de viviendas más inovadoras y reconocidas internacionalmente?
En Barcelona se requieren más iniciativas de construcciones más sostenibles con estructura de madera que permitan además de un nuevo modelo urbano, un nuevo modelo respetuoso con el medioambiente y que mitiga el cambio climático ya que la madera es el principal aliado para la descarbonización de la economía. Es decir, una estructura de madera consigue prestaciones térmicas elevadas que inciden exponencialmente sobre la eficiencia energética. Además durante toda la vida del edificio es un sumidero de anhídrido carbónico.